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Estructura y estilo
La mejor palabra para describir la estructura de la novela de Cooper es: acción. Sin embargo, no debe pensarse en términos de una persecución permanente, que apenas deja respirar al lector. Por el contrario, para las costumbres lectoras de la actualidad, por tramos, la novela resulta letárgica. Y, sin embargo, los personajes están en constante movimiento: los viajes, las búsquedas, las huidas y las persecuciones, junto con las escenas de asedios y luchas, constituyen los principales elementos de la trama. Cooper retoma al héroe de una novela anterior: Los primeros plantadores. Ojo de Halcón tiene aquí un papel tan importante como los mohicanos Uncas y Chingachgook.
Por otro lado, la construcción y el desarrollo de los personajes no son el fuerte de Cooper: solo le interesa narrar una trama complicada, a ratos cómica, a ratos densa y, la mayor parte del tiempo, apasionante. Los detalles geográficos tienen particular importancia en el diseño de la novela: la trama tiene lugar en el actual estado de Nueva York. El río Hudson, las cascadas Glenn y el lago George constituyen los principales elementos naturales. El estilo de Cooper es directo, pero, a veces, se vuelve un poco intrincado y cargado de adjetivos, lo que le permite lograr una descripción vívida de los indios y del terreno salvaje.
Enfoques interpretativos
Para describir a sus indios, Cooper sigue un esquema específico: muchos de ellos siguen el modelo del “noble salvaje”, otros son descritos como intrínsecamente malvados y ladinos. La descripción de las tribus aborígenes en las novelas de Cooper (los hurones son malos; los delawares son buenos) ejercieron una influencia fatal sobre la opinión pública, a pesar de que solo se basa en la libertad artística del autor.
A la hora de integrar los pueblos, Cooper tiene una concepción conservadora: Cora, la hija morena y de cabello negro que el coronel Munro tuvo con una mestiza, despierta el deseo de los aborígenes Uncas y Magua, pero Heyward la encuentra menos atractiva que a la rubia Alice. Alice es educada y pura, y al final de la novela es recompensada con un hombre, en tanto que la respondona Cora encuentra la muerte.
Ojo de Halcón, el personaje principal, tiene dos caras: por un lado, es un blanco de moral cristiana, perspicaz y valiente, que siente una gran aversión por las supersticiones. Por otro lado, tiene muchos de los rasgos y fortalezas de los indios, es bueno siguiendo huellas y tiene una gran destreza con el arma y las manos.
El personaje del cantante de salmos, David Gamut, es el responsable de los segmentos cómicos, pero, al mismo tiempo, muestra lo ridículo de los esfuerzos religiosos en el territorio natural de América: comparado con el pragmatismo de Ojo de Halcón, el dogmatismo calvinista de Gamut resulta fuera de lugar.
En la novela reina un caos lingüístico de dimensiones casi babilónicas: casi todos los protagonistas tienen varios nombres. Así, por ejemplo, Natty Bumppo también es llamado Ojo de Halcón, Calzas de Cuero y La Longue Carabine; los indios tienen su nombre aborigen y, por lo general, también un nombre francés; por ejemplo, Le Gros Serpent (La Gran Serpiente) es Chingachgook y Le Renard Subtil (La Zorra Sutil) es Magua. Las tribus aborígenes también tienen diferentes nombres para las otras tribus. Todo esto muestra la diversidad de los pueblos y las diferentes cosmovisiones sobre el otro, en el norte de América, a mediados del siglo XVIII.
Antecedentes históricos
La guerra entre indios y franceses
La trama de El último mohicano se desarrolla en el contexto de las disputas entre británicos y franceses y sus aliados aborígenes. Estas batallas tuvieron lugar entre 1754 y 1763 en las colonias norteamericanas, en parte, en forma paralela a la Guerra de los Siete Años en Europa. Esta confrontación estuvo precedida por tres guerras franco-británicas que no dieron un resultado claro. Las diferentes tribus de los iroqueses, entre ellos, los mohawks, se vieron involucradas en el conflicto porque vivían en los territorios limítrofes entre franceses e ingleses y, en especial, porque reclamaban el acceso al valle de Ohio por su posición estratégica. Cuando, en 1754, los británicos intentaron instalarse en el valle con la Ohio-Company, los franceses opusieron resistencia. Estos, por su parte, comenzaron a construir fuertes en las inmediaciones del lago Erie. Después de algunas escaramuzas, se desató una guerra abierta. Los franceses se aliaron con diferentes tribus aborígenes con cuya ayuda generaron grandes pérdidas para los británicos.
Hasta 1757, los franceses superaban inmensamente a los británicos. Esto cambió cuando William Pitt asumió el cargo de Primer Secretario de Asuntos Exteriores (cargo que corresponde en parte con la función actual del Primer Ministro) en Inglaterra y puso especial atención al conflicto en las colonias. De allí en adelante, los británicos volvieron a ganar territorio e incluso, en 1759, vencieron al ejército francés, al mando del marqués de Montcalm, en Quebec. Finalmente, los franceses se vieron obligados a rendirse (firmando la Paz de París en 1763) y a ceder a Gran Bretaña sus posesiones en América del Norte.
Origen
Es posible que Cooper haya encontrado la inspiración para su novela durante un viaje de descanso por el norte del estado de Nueva York. Allí recorrió las cavernas que rodean las cascadas de Glenn y tuvo la idea de convertirlas en el escenario de una novela. Cooper puso manos a la obra y las convirtió en el escondite secreto de su héroe, Ojo de Halcón. El personaje de Ojo de Halcón también está basado en un modelo histórico: Daniel Boone (1734-1820) fue un héroe nacional que, en 1870 recorrió los territorios de Kentucky, donde cazó y fue capturado en numerosas ocasiones por los aborígenes. Boone fundó una colonia de nombre Boonesborough. También acuñó la imagen del trampero y, a la vista de todos, es considerado el padrino de Ojo de Halcón: vestía un gorro de piel de mapache y ropas de cuero con flecos, y tenía un rifle Kentucy especialmente largo. Durante las luchas por la independencia, una de sus hijas fue raptada por los shawnee, un hecho que Cooper también revive en su novela con el rapto de una de las hijas del coronel Munro. El coronel, por su parte, también tiene un modelo real, y todos los hechos vinculados con el fuerte William Henry tienen una base histórica: la toma a cargo del general Montcalm, la rendición del 9 de agosto de 1757 y la masacre de los indios contra los británicos.
Influencia
El último mohicano se publicó en febrero de 1826, como el segundo de los cinco tomos de la pentalogía, y se convirtió en un enorme éxito entre el público. Cooper fue el primer autor norteamericano en convertir el inmenso territorio natural de América del Norte en el escenario de una novela de aventuras, algo que fortaleció el nacionalismo de los lectores estadounidenses.
La incorporación de los nativos como personajes centrales también es una novedad, si no se tiene en cuenta la obra de François-René de Chateaubriand, quien en 1801 ya había escrito Atala, la trágica historia de una mestiza desgarrada entre dos mundos. Los críticos consideraron que los diálogos de Cooper no resultaban realistas y que las figuras femeninas parecían fuera de lugar. Entre los críticos más acérrimos de Cooper estaba Mark Twain, quien acusaba a su colega, entre otras cosas, de ser descuidado a la hora de observar, describir y utilizar determinadas expresiones. Otra cosa que irritaba a Twain era que las historias de Cooper, por lo general, contenían solo acción. Otros escritores, en cambio, idolatraban las novelas de Cooper: Goethe las leía en su lengua original; Alexandre Dumas, Karl Friedrich May, Arno Schmidt y muchos otros se sintieron inspirados por ellas. Algunos escritores norteamericanos como Nathaniel Hawthorne y Herman Melville imitaban a Cooper. Del hombro de escritores como Jonathan Swift (Los viajes de Gulliver) y Daniel Defoe (Robinson Crusoe), James Fenimore Cooper ocupa el estrado y destino de ser considerado uno de los más destacados autores de novelas juveniles.
El relato de El último mohicano pedía a gritos ser llevado al cine para asombrar al público. En la actualidad, existen más de 20 versiones fílmicas, incluidas series televisivas y películas de todos los tiempos, empezando con la primera versión de D. W. Griffith (Leather Stocking, 1909) y terminando con la versión más actual de Michael Mann, con Daniel Day-Lewis en el papel de Ojo de Halcón (1992). El título de la novela también suele usarse como frase hecha: “el último mohicano” es sinónimo del último sobreviviente de un tipo de personas con determinados valores u opiniones.
Sobre el autor
James Fenimore Cooper nació el 15 de septiembre de 1789 en Burlington, Nueva Jersey. Algunos años antes su padre había fundado la colonia de pioneros Cooperstown junto al lago Otsego, adonde la familia se mudó después del nacimiento de James. James fue el undécimo hijo de los doce que tuvo la familia Cooper. Al cumplir 11 años comenzó a tomar clases en Albany con un sacerdote. Dos años más tarde empezó a estudiar en Yale. En 1805 ingreso a la marina y recorrió Europa a bordo del Sterling. Fue fiel a la marina durante seis años, se convirtió en cadete y cumplió su tiempo de servicio en los lagos del norte de Estados Unidos, en especial, en el lago Ontario. En 1811 contrajo matrimonio y pasó los siguientes doce años en Cooperstown, antes de mudarse a Nueva York. Allí comenzó a escribir a la edad de 30 años después de leer una novela social inglesa y considerar que podía hacerlo mejor. El éxito de su primera publicación no le dio del todo la razón: Precaution (1820) no es precisamente un éxito. Pero Cooper encontró placer en la escritura: The Spy (El espía, 1821) recibió buenas críticas, pues el autor recurrió a un escenario conocido: la historia de un espía al servicio de George Washington. A partir de 1823 comenzaron a publicarse las cinco novelas de la pentalogía de las “calzas de cuero”, que le darían fama en Europa: Los pioneros (1823), El último mohicano (1826), La pradera (1827), El explorador (1840) y El cazador de ciervos (1841). Entre tanto, Cooper viajó durante varios años por Europa, y la tercera novela del ciclo se publicó en París. Al regresar, excepto por un viaje de estudios en 1848 hacia el centro oeste de Estados Unidos, Cooper prácticamente no volvió a abandonar Cooperstown. Allí murió el 14 de septiembre de 1851.Cooper también es conocido por sus narraciones y relatos de viajes, y es considerado uno de los escritores más importantes de la literatura estadounidense de su tiempo.
Referencias específicas